27/08/2022 – Sardón de Duero (Valladolid).
Así como hay veces que cuando echo la cámara al hombro tengo bastante claro qué es lo que quiero fotografiar y, según lo que sea, así preparo equipo y mente, otras tantas simplemente salgo a ver qué pasa.
El sábado fue una de esas tardes y la única preparación que hice fue mirar en el mapa algún pueblo cercano que, a ser posible, estuviera cerca de un río, canal o similar. Eso me llevó a las proximidades de Tudela de Duero, concretamente a Carraduero.
Manteniendo la vista al frente en la carretera pero mirando al cielo por si los pájaros (debo confesar que, aunque no se me den demasiado bien es algo de lo que más me entretiene fotografiar, quizá por la dificultad que entraña) pasé de Carraduero a Villabáñez donde cogí la VP-3001 y tomé dirección Sardón.
Saliendo de la carretera, no sé muy bien por qué, y siguiendo un camino que anunciaba unas bodegas en el despoblado de Sardoncillo me topé con un campo de girasoles que iba a ser el lugar donde estaría un rato.
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Saqué la cámara y le monté el objetivo 16-35mm, para coger buenos planos desde cerca intentando abarcar toda la amplitud de la plantación pero después de hacer alguna foto le cambié al 70 – 300 mm con el que, desde más distancia y con el zoom al máximo he sacado unos interesantes ‘bokeh’s en la zona superior de las fotografías.
A favor: Bokeh inesperado
En contra: Repetición de imágenes. Poca variedad. Hay que trabajar más la composición y la creatividad.