11/09/2022 – Parque de las Contiendas (Valladolid).
Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, y que era su semana de ferias me dispongo a hacer un tipo de fotografía “de sorpresa”, que no sabes qué te vas a encontrar en la tarjeta de memoria hasta que no llegas a casa.
Me explico: Puedes planificar dónde te vas a colocar, qué focal vas a usar, el encuadre… pero ¿quién sabe cómo va a ser un fuego artificial antes de que explote?
Así que aquí el truco está en configurar la cámara a tu gusto y hacer muchas muchas muchas fotos.
Equipo: Indispensable el trípode. Recomendable: un mando a distancia. Vamos a hacer fotos de larga exposición y no queremos que haya ningún tipo de trepidación.
En función del lugar decide qué focal utilizar, yo he probado un día acercándome lo más posible con un angular 16-35 mm pero el día que más me han gustado las fotos que he hecho ha sido alejándome subiendo un poco de altura con un objetivo de focal fija de 50 mm.
Tras mucho probar he decidido que en cuanto a apertura de diafragma lo mejor es cerrar un poco el objetivo (f/14) y subir el tiempo de exposición a entre 2-3 ó incluso segundos. ¡Ah! y la ISO al mínimo (100), que luz va a haber de sobra.
Lo mejor es probar distintas combinaciones en lo que dura la sesión. ¡Deprisa! o te vas a quedar con ganas de más.
El enfoque en este tipo de fotografía puede ser un problema. Aprovecha los primeros cohetes para enfocar correctamente y si todo sale como esperas bloquea el objetivo pasando a enfoque manual.
Y ya sólo queda disparar. Los fuegos que yo he visto normalmente van por tandas que van de menos a más. Dispara tanto como puedas en cada tanda pero procura, y aquí viene la parte difícil, guardar un disparo para el momento en que se lanzan los últimos cohetes de cada tanda; suelen ser los más altos, grandes y numerosos. Si consigues captarlo en el momento justo tendrás un resultado espectacular.
A favor: los resultados pueden ser inesperados.
En contra: los resultados… pueden ser inesperados.